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Articles by James Banks

No pierdas la oportunidad

«¡Nunca pierdan la oportunidad de mostrarles la luna a sus bebés!», me dijo. Antes de que empezara nuestra reunión semanal de oración, conversábamos en grupo sobre la espectacular luna de cosecha de la noche anterior. La señora Webb era la voz más madura de nuestra conversación, una mujer que ama la creación de Dios. Ella sabía que mi esposa y yo teníamos dos hijos en casa, y quería ayudarme a guiarlos por un camino que vale la pena transitar. ¡Nunca pierdan la oportunidad de mostrarles la luna a sus bebés!

Encontrar el tesoro

Juan y María paseaban a su perro cuando tropezaron con una lata que las lluvias habían desenterrado. Cuando la abrieron, ¡descubrieron monedas de oro antiquísimas! La pareja encontró siete latas más allí, con 1.427 monedas en total.

Recordatorio viviente de misericordia

Crecí en una iglesia llena de tradiciones. Una de ellas se aplicaba cuando moría un familiar o amigo querido. A menudo, un banco de la iglesia o un cuadro en un pasillo mostraba poco después una placa que decía: «En memoria de…», con el nombre del fallecido grabado. Siempre me gustaron esos recordatorios. Y me siguen gustando. Sin embargo, al mismo tiempo, me hacen pensar porque son objetos inanimados y estáticos; en sentido muy literal: «sin vida». ¿Hay alguna manera de agregar «vida» a un recordatorio?

Orar a través del tiempo

Kevin se secó una lágrima y le entregó una nota a mi esposa. Él sabía que Cari y yo estábamos orando para que nuestra hija volviera al Señor. «Esta nota estaba en la Biblia de mi madre después de su muerte, y espero que los aliente», dijo. Arriba decía: «Por mi hijo Kevin», y abajo aparecía una oración por su salvación.

Esperanza restaurada

¿El sol sale por el este? ¿El cielo es azul? ¿El mar es salado? ¿El peso atómico del cobalto es 58,9? Bueno, solamente podrías saber esto último si fueras un fanático de la ciencia o te gustara la cultura general, pero las otras preguntas tienen respuestas obvias: «Sí». En realidad, este tipo de preguntas incluyen un poco de sarcasmo.

Conciencia situacional

La Navidad nos encontró a los cinco integrantes de nuestra familia en Roma. No recuerdo haber visto nunca tanta gente junta. Mientras nos abríamos paso para ver sitios como el Vaticano o el Coliseo, les resaltaba una y otra vez a mis hijos la «conciencia situacional»: prestar atención a dónde están, quiénes los rodean y qué está sucediendo. Tanto en casa como afuera, vivimos en un mundo inseguro. Y con el uso de los celulares y los auriculares, los chicos —y adultos también— no siempre saben qué pasa a su alrededor.

Bendiciones prestadas

Cuando inclinamos la cabeza para orar en el almuerzo, mi amigo Jeff dijo: «Padre, gracias por permitirnos respirar tu aire y comer tu comida». Jeff acababa de quedarse sin trabajo, así que su profunda confianza en Dios y su reconocimiento de que todo le pertenece a Él me conmovieron enormemente. Pensé: ¿Entiendo yo que aun las cosas más básicas de mi vida son de Dios y que Él simplemente me deja usarlas?

Siempre con nosotros

Ella estaba totalmente concentrada en el estante superior, donde estaban las salsas para pastas. Yo estaba parado a su lado en el pasillo del supermercado, mirando lo mismo y tratando de decidir. Pero la mujer, enfocada en lo suyo, ni me vio. Como soy alto, los estantes de arriba no son un problema para mí, así que ofrecí ayudarla, ya que ella era bastante baja. Sorprendida, dijo: «Vaya, ni siquiera lo vi. Sí, por favor, ayúdeme».

Sin comparación

«¡Uno de estos días, voy a poner todo en Facebook, no solo lo bueno!».

Enviarlo en una carta


Como a la mayoría de los niños de cuatro años, a Ruby le encantaba correr, cantar, bailar y jugar, pero empezó a quejarse de dolor en las rodillas. Sus padres la llevaron al médico, y el diagnóstico fue devastador: neuroblastoma (cáncer) grado 4. De inmediato, la internaron en el hospital.